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Empleo débil, salarios en picada: el sueldo mínimo se derrumbó un 30% en tres meses

4 de abril 2025, 19:30hs

Un reciente informe de la Universidad de Buenos Aires (UBA) revela una preocupante realidad para los trabajadores argentinos: el salario mínimo, vital y móvil se ha desplomado un 30% en tan solo tres meses, dejando su valor incluso por debajo de los niveles registrados durante la crisis de la convertibilidad en 2001. Este deterioro impacta significativamente el poder de compra de millones de personas en el país.

El estudio del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA detalla que el salario mínimo se estableció en $292.446 en febrero de 2025, tras ajustes mínimos y una caída del 0,4% en ese mes. El desplome real comenzó con el cambio de gobierno en diciembre de 2023, cuando una devaluación inicial del 120% pulverizó el poder adquisitivo. La inflación de diciembre superó el 25%, y enero también golpeó fuertemente, generando una contracción acumulada difícil de revertir.

En términos reales, el salario mínimo actual equivale a apenas el 39% de su punto más alto alcanzado en 2011. Según el informe, en solo 15 meses de la nueva gestión, los trabajadores formales que dependen de este ingreso sufrieron una pérdida mayor que durante todo el período presidencial anterior. Esta situación se agrava con la desarticulación del Consejo del Salario, impidiendo cualquier negociación con gremios o empleadores.

Este retroceso salarial contrasta con una débil recuperación del empleo formal, que si bien mostró leves signos de crecimiento desde agosto de 2024, aún se encuentra por debajo de los niveles de 2023. En diciembre del año pasado, se registraron 6,25 millones de empleos privados, lo que representa 105.000 puestos menos que el mismo mes del año anterior, una merma del 2%.

El informe de la UBA advierte claramente que, si no se aplica una recomposición sustancial de los salarios, la distancia entre el ingreso real y el costo de vida continuará ampliándose. Esta situación condena a una porción cada vez mayor de la población activa a enfrentar condiciones laborales propias de una crisis estructural.

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