Nelson Fernández, actor y referente del stand-up chaqueño, celebró en los estudios de Radio Facundo Quiroga el regreso de las clásicas noches de humor a Sala 88, que celebra su 40 aniversario. Todos los viernes, el público puede disfrutar de un espectáculo renovado, con la promesa de buena comida, bebidas espirituosas y carcajadas aseguradas. “No es una recomendación apta para gente con la vejiga sensible”, bromeó, e invitó especialmente a quienes aún no se animaron a entrar al teatro.
El espectáculo se reinventa cada cuatro meses con nuevo guion y un título vinculado a la actualidad. Esta temporada se llama “STAND UP CRYPTO: EL HUMOR NO ESTAFA”, y como siempre, se propone reírse de uno mismo y de la realidad. “Lo que hacemos es contar la realidad con un giro de rosca, con ironía y humor, para que te sientas identificado y te rías”, explicó Fernández. Los monólogos tienen una impronta autoreferencial y tocan temas cotidianos desde una mirada crítica y cómica.
Un sello distintivo del show es la “mesa de solos y solas”, una propuesta que, más allá del humor, busca generar encuentros. “Si estás sola, andate sola que a lo mejor salís acompañada”, contó entre risas el actor. Además, destacó cómo muchas personas tardan años en animarse a ingresar a la sala, y cuando finalmente lo hacen, se sorprenden por lo que encuentran dentro. “Desde afuera parece otra cosa, pero cuando entran se vuelven habitués”, afirmó.
El humor político también tiene su espacio en Sala 88. “La Argentina te nutre de textos todo el tiempo”, aseguró Fernández, y confesó que algunos chistes de hace 15 años solo requieren cambiarle el apellido al presidente de turno para seguir funcionando. Su personaje más emblemático, el “licenciado Ish”, plantea con ironía las fallas culturales argentinas desde una mirada extranjera.
Por último, el actor valoró el proceso de aprendizaje colectivo que atraviesan los artistas respecto a los nuevos límites del humor. “No es censura, es saber cómo contar las cosas. No nos reímos del otro, sino con el otro”, explicó, resaltando la importancia de adaptar los chistes para no ofender, sin perder la esencia del humor. Con 40 años de trayectoria, el teatro sigue siendo un faro de creatividad y risas en la ciudad, y su legado continúa fortaleciéndose con cada función.