Cada tercer jueves de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Riñón, una fecha impulsada desde 2017 por la Coalición Internacional contra el Cáncer de Riñón para concientizar sobre esta enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo y que muchas veces se detecta en etapas avanzadas.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cáncer renal es la segunda causa de muerte por tumores en América y se proyecta un aumento del 32% en la cantidad de casos hacia 2030. Esto se debe, principalmente, al envejecimiento de la población y a factores de riesgo vinculados al estilo de vida, como el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión.
Uno de los grandes desafíos es la detección precoz: más del 25% de los pacientes son diagnosticados cuando la enfermedad ya está avanzada, lo que reduce significativamente las posibilidades de tratamiento exitoso. Por eso, las campañas insisten en la necesidad de prestar atención a los factores de riesgo y realizar controles médicos periódicos.
El cáncer de riñón se origina en el tejido de las células renales, y la forma más común es el carcinoma de células renales (CCR). Afecta principalmente a personas mayores de 50 años, con una edad promedio de diagnóstico de 64 años, y es más frecuente en varones.
Entre los factores de riesgo, los especialistas destacan las personas fumadoras, el consumo prolongado de analgésicos sin control, la hipertensión, el sobrepeso, antecedentes familiares y el haber estado en tratamiento de diálisis. También se observa mayor incidencia en personas afrodescendientes.
Esta efeméride busca visibilizar la importancia del diagnóstico temprano, promover hábitos saludables y garantizar el acceso a la atención médica oportuna para quienes padecen esta enfermedad silenciosa.