Con el fin de abril, los senadores nacionales se preparan para percibir cerca de $9.144.000 brutos mensuales, tras la finalización del congelamiento salarial que estuvo vigente durante los últimos ocho meses. Este tope había sido votado por los propios legisladores en 2023 y luego prorrogado hasta marzo de este año por la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Sin una nueva medida que evitara la suba, el incremento acordado entre los gremios legislativos y las autoridades del Congreso impactó de lleno en las dietas de los senadores. A partir de este mes, quienes viven a más de 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires percibirán $5.715.000 de dieta bruta más un plus de $3.429.000, lo que suma un total cercano a los 9 millones de pesos mensuales.
Los aumentos salariales del personal legislativo –1,5% en enero y 1,2% en febrero, ambos retroactivos– fueron trasladados automáticamente a los senadores, en ausencia de una resolución que mantuviera el congelamiento.
Hasta marzo, los senadores cobraban cerca de $4.916.982 de dieta más un adicional de $2.950.189, dependiendo de la distancia a la capital federal. La nueva escala salarial representa un aumento considerable, en un contexto económico marcado por el ajuste fiscal y la caída del poder adquisitivo general.
La noticia generó revuelo en redes sociales, especialmente tras la reacción del presidente Javier Milei, quien criticó duramente a los legisladores. A través de su cuenta oficial, publicó la imagen de dos ratas con remeras de "Unión por la Patria", acompañada del mensaje: “Las ratas del Senado evitaron congelar su dieta, van a cobrar 9 millones de pesos por mes”.
Mientras crece la polémica, no hay indicios de que el Senado tome medidas para revisar la situación, pese al creciente malestar social y la presión mediática por los sueldos de los representantes políticos en medio de la crisis económica.