El Gobierno argentino ratificó ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) su compromiso de continuar con el cambio de perfil de la deuda pública en pesos, priorizando cada vez más los bonos a tasa fija frente a los instrumentos atados a la inflación (CER) o al tipo de cambio. Este viraje apunta a disminuir la exposición a los shocks inflacionarios y a mejorar la previsibilidad fiscal.
En un nuevo informe técnico del organismo, se destaca que el 60% de la deuda en moneda local aún está compuesta por bonos indexados, aunque un año atrás esa proporción era del 82%. Según el FMI, entre el segundo y el cuarto trimestre de 2024, el 80% de las emisiones del Tesoro se realizaron con tasa fija, reduciendo así el peso relativo de los bonos ajustables.
Esta semana, el Ministerio de Economía enfrenta vencimientos por 5,6 billones de pesos y realizará una licitación para refinanciarlos. Pondrá en juego una variedad de instrumentos, entre ellos un bono dollar linked con vencimiento en enero de 2026, Lecaps a agosto y septiembre, Boncap a octubre y a enero de 2027, y Boncer cupón cero a octubre de este año y marzo de 2027.
En el acuerdo con el FMI, el Gobierno también aseguró que este cambio de perfil viene acompañado de mayores reservas de efectivo en el BCRA y del cumplimiento de pagos clave en moneda extranjera, como los USD 4.300 millones abonados en enero. A su vez, acumula depósitos para enfrentar vencimientos como el de julio.
El Fondo valoró estos esfuerzos, aunque advirtió que en el mediano plazo persistirá cierta dependencia de los bonos CER por la inflación aún elevada. Además, proyecta que los pagos de intereses crecerán del 1,3% del PBI en 2025 al 2,1% promedio entre 2026 y 2030, a medida que avance la liberalización de la cuenta de capital.
