Un nuevo y tenso capítulo se desató entre Mauro Icardi y Wanda Nara este viernes, cuando el esperado reencuentro del futbolista con sus hijas en el Chateau Libertador, autorizado judicialmente antes de su regreso a Turquía, terminó en un conflicto que requirió la intervención policial. Ana Rosenfeld, abogada de la conductora, confirmó la situación, que se extendió por horas en el domicilio de la empresaria.
La raíz del problema es el pedido expreso de las niñas de querer estar solas con su padre y, específicamente, "que no esté la China Suárez" en el reencuentro. Según Rosenfeld, las menores expresaron esta solicitud tanto a Wanda como a la doctora Matera del Ministerio Público Tutelar. Ante la negativa de Wanda a entregar a las pequeñas, el juez a cargo de la causa de familia emitió una intimación exigiendo el "inmediato y estricto cumplimiento" de la entrega.
La situación escaló con la llegada de la policía al edificio en Núñez. Dos patrulleros con tres agentes masculinos uniformados aparecieron con papeles en mano, que serían la intimación del juez para que Wanda entregara a las niñas a Mauro. El documento judicial advertía sobre la posibilidad de intervenir la fuerza pública, con facultades para "ingresar a la vivienda, violentando en su caso cerraduras" y hasta requerir presencia del SAME si fuera necesario, habilitando días y horarios para este fin. También se hizo presente un móvil de la superintendencia de violencia familiar de género.
Existen dos versiones contrapuestas de los hechos en el departamento. Una indica que las niñas se negaron a ir con su padre, especialmente la mayor, que alegó haber sido "obligada a mentir" en una videollamada anterior y no querer convivir con "toda esa gente", mencionando incluso que "el peluquero de la China duerme en mi cama". La otra versión, desde el entorno de Icardi, sugiere que las niñas estaban "muy ansiosas por irse con el papá" y que Wanda estaría "haciendo un teatro tremendo" y "estirando todo el tiempo" la entrega. Se reportó que Wanda estaba llorando y que se vivía un "circo" dentro del departamento.
A pesar de la tensión, Mauro Icardi, a diferencia de ocasiones anteriores, no tenía intención de abandonar el lugar sin sus hijas. La Justicia se mostró firme, con el juez "cansado del accionar de la empresaria", exigiendo la restitución inmediata y amenazando con la intervención de la fuerza pública para asegurar el cumplimiento del régimen de visitas.