Cada 10 de abril, Argentina celebra el Día del Investigador Científico en homenaje al nacimiento de Bernardo Houssay, figura clave en la historia de la ciencia nacional e internacional. Nacido en 1887, Houssay fue el primer latinoamericano en recibir el Premio Nobel de Medicina, reconocimiento que obtuvo en 1947 por sus investigaciones sobre la función de la hipófisis en la regulación del azúcar en sangre, fundamentales para el entendimiento y tratamiento de enfermedades como la diabetes.
Esta fecha busca no solo destacar su figura, sino también reconocer la labor de quienes, día a día, contribuyen al avance del conocimiento en el país. “Deseo que mi país contribuya al adelanto científico y cultural del mundo actual”, afirmaba Houssay, con una visión que trascendía su época.
Impulsor incansable de la ciencia argentina, fundó la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias en 1934 y fue clave en la creación del CONICET en 1958, institución que hoy sigue siendo pilar del sistema científico nacional. Su influencia se refleja también en la formación de nuevas generaciones de científicos, como Luis Federico Leloir, quien también recibió el Nobel, en este caso de Química.
El Día del Investigador Científico no solo conmemora a uno de los más grandes exponentes de la ciencia argentina, sino que también subraya la necesidad de seguir invirtiendo en investigación, promoviendo la ciencia como herramienta de desarrollo social, cultural y económico.