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Científicos descubren que comidas ultraprocesadas afectan al cerebro para que ansíe comer más

19 de abril 2025, 16:00hs

Científicos descubrieron nuevas evidencias sobre cómo los alimentos ultraprocesados, esos productos industriales repletos de aditivos, conservantes y saborizantes artificiales que no encontrarías en tu cocina, pueden impactar directamente en tu cerebro. Estos alimentos, típicamente altos en azúcar, sal y grasas poco saludables, ya se vinculaban con problemas de salud como la obesidad.

Ahora, una investigación conjunta de la Universidad McGill en Canadá y la Universidad de Helsinki en Finlandia, reveló que consumir muchos ultraprocesados puede afectar las áreas cerebrales encargadas de controlar el hambre y la recompensa. Específicamente, se observaron alteraciones en el núcleo accumbens, que regula el placer al comer, y el hipotálamo, que controla el hambre.

Estos cambios en el cerebro no solo ocurren por el aumento de peso, sino también debido a alteraciones metabólicas como la inflamación y problemas con los niveles de grasa en la sangre. En esencia, el consumo de alimentos ultraprocesados parece modificar el cerebro de una manera que podría fomentar la sobrealimentación, creando un ciclo donde se anhela comer más de estos productos.

El estudio, que analizó datos de más de 33.000 participantes mediante imágenes por resonancia magnética, sugiere que el consumo frecuente de ultraprocesados altera el sistema de recompensa del cerebro. Ingredientes como emulsionantes y endulzantes artificiales podrían intensificar esta respuesta, llevando a un mayor deseo de consumir estos alimentos.

Si bien el neurocientífico Filip Morys, líder del estudio, aclaró que se trata de un estudio observacional y se necesitan más investigaciones para confirmar la causa-efecto directa, los hallazgos se suman a la creciente evidencia sobre los efectos negativos de estos productos. Para la nutricionista María Victoria Tiscornia, estos cambios cerebrales son preocupantes porque refuerzan el deseo de seguir comiendo ultraprocesados, llevando al sobreconsumo.

Ante estos resultados, los investigadores proponen adoptar una dieta balanceada, rica en alimentos frescos y mínimamente procesados, para contrarrestar los efectos adversos. También recomiendan que los gobiernos establezcan políticas públicas que promuevan una alimentación más saludable y limiten la disponibilidad de ultraprocesados, junto con la educación nutricional para informar a las personas sobre los riesgos.

En Argentina, ya existe el etiquetado frontal desde 2022 como una medida para reducir el consumo de ultraprocesados. Esta ley busca transformar el entorno alimentario, marcando un paso clave para combatir los efectos negativos de estos productos en la salud y el cerebro.

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