Ana María Galarza comenzó su proyecto “Te muestro otro Chaco” en un momento muy difícil de su vida. “Lo empecé cuando traje a mi mamá desde Tierra del Fuego y falleció. No me entraba en la cabeza no poder despedirme, pero quise transformar ese dolor en algo bueno”, relató en Radio Facundo Quiroga. Desde entonces, se propuso mostrar la belleza y riqueza del Chaco profundo: “A través del kayakismo en los ríos Tragadero y Negro empecé a decir: el Chaco es muy lindo, hay que mostrarlo”.
Desde hace más de cinco años, la ecoperiodista recorre El Impenetrable con respeto y dedicación: “Las comunidades originarias y criollas siempre me recibieron muy bien. Aprendí cómo tiñen con tintes naturales, cómo trabajan la palma y el chaguar. Muestro todo eso con permiso, sin armar nada, porque es real”. Su trabajo en redes sociales ya alcanzó seguidores en Buenos Aires, Europa y América Latina: “Yo siempre digo: no soy influencer, soy referente”.
Tras 25 años en Tierra del Fuego, Galarza decidió regresar a su tierra natal: “Ya cumplí una misión allá. Mi hijo está grande, me vuelvo al Chaco. No para mostrarme a mí, sino para mostrar lo que hacen ellos”. La conexión con la naturaleza fue clave para atravesar su duelo: “Escalar el Aconcagua me cambió. Guardé eso en mi corazón y lo saqué para sobrevivir. Mi Chaco me salvó”.
El vínculo con las comunidades es fundamental para Ana. “Las artesanas saben con qué intención vas. Aunque no te conozcan, sienten desde el corazón. Y yo siempre digo: si accedés a una artesanía, pagales cinco veces más. Caminaron 40 kilómetros para buscar el chaguar. ¿Cómo no va a tener valor eso?”, expresó.
Galarza contó que recibe mensajes de personas que quieren conocer El Impenetrable o Campo del Cielo. “Sé que voy por buen camino porque estuve en territorio, sé con quién hablo y qué puedo mostrar. Cuando alguien te dice ‘el Chaco es lindo, me sorprendió’, entendés que todo valió la pena”, concluyó.