En un nuevo paso dentro de su política de ajuste y modernización, Aerolíneas Argentinas confirmó el cierre de 17 oficinas comerciales en abril y otras dos en mayo. Solo quedarán operativas las sucursales de Córdoba y Mendoza. La medida, explican desde la empresa, responde a un cambio radical en los hábitos de consumo: la venta presencial de pasajes representa hoy apenas el 1% del total.
Las primeras 17 sucursales —entre las que se encuentran Ushuaia, Rosario, Jujuy, Salta, Bahía Blanca y Bariloche— cesarán sus operaciones antes de fin de mes. Las de Tucumán y Mar del Plata seguirán el mismo camino el 30 de mayo. Así, se consolidará un modelo de atención centrado en lo digital y en los aeropuertos.
Desde la empresa indicaron que el personal afectado será reubicado en puestos operativos dentro de las terminales aéreas. “La web es hoy el principal canal de venta directa, y eso nos permite optimizar recursos sin afectar la calidad del servicio”, señalaron.
El ajuste estructural forma parte de una estrategia más amplia que ya dio sus frutos: Aerolíneas cerró 2024 con su primer resultado económico positivo desde su estatización. Según la Oficina Nacional de Presupuesto, la compañía registró un superávit de $156.323,9 millones y una ganancia operativa (EBIT) de 20,7 millones de dólares, con un récord en eficiencia: el promedio más bajo de empleados por avión en su historia.
Además, vendió 18,4 millones de pasajes en el año, con un fuerte peso del cabotaje (10,1 millones de pasajeros) y un notable desempeño en vuelos regionales e internacionales. Este crecimiento se tradujo en recursos de capital por $237.460,3 millones, con un incremento interanual del 746,8%.
La reconversión de Aerolíneas apunta ahora a consolidar una operación más liviana, digital y rentable, sin perder presencia en los aeropuertos del país. La era del mostrador, parece, ya es cosa del pasado.