En un giro crucial en la investigación de los incendios que asolaron El Bolsón, tres personas fueron detenidas como sospechosas de provocar los siniestros que ya consumieron más de 3 mil hectáreas. La detención se produjo tras una semana de intensos incendios que afectaron gravemente la región. Uno de los detenidos fue capturado en la zona de Wharton, cerca de unos refugios, gracias a la alerta de los vecinos. Este individuo portaba una botella con un líquido oscuro que se presume podría ser un acelerante, lo cual está siendo investigado.
El jefe de la Policía de Río Negro, Daniel Bertazzo, confirmó que el detenido no pertenecía a ninguna cuadrilla de brigadistas, a pesar de vestir un uniforme similar. La hipótesis principal de los funcionarios provinciales apunta a que los incendios fueron intencionales, dada la simultaneidad de los focos y la dificultad de acceso a algunos de ellos. A esta detención inicial le siguieron otras dos, con el fin de averiguar si hay conexión con los incendios.
El gobernador de Río Negro, si bien se mostró cauto y no acusó directamente al pueblo mapuche como sí lo hizo el gobierno de Chubut, enfatizó la intencionalidad detrás de los incendios, subrayando que los focos se iniciaron en días y lugares estratégicos para favorecer su propagación. "No se puede señalar a alguien, no están reivindicando. Son grupos que buscan generar pánico y destrucción". El día que comenzó el fuego había 30° de temperatura y un viento de 70 km/h más baja presión atmosférica.
Mientras tanto, el fuego continúa activo, especialmente en el Área Natural Protegida Río Azul-Lago Escondido (ANPRALE), afectando a unas 120 familias. Los esfuerzos para controlar los incendios se mantienen con el apoyo de aviones, helicópteros, brigadistas y el Ejército Argentino. El gobierno de Río Negro declaró la Emergencia y Desastre Agropecuario por un año, buscando así paliar las consecuencias de los incendios y ayudar a la recuperación de la zona.