En un insólito incidente ocurrido en una clínica de Colombia, un joven de 25 años asistió para una consulta oftalmológica pero, debido a una confusión en la asignación de consultorios, terminó sometido a un examen de próstata.
El joven, al ingresar a la clínica, se dirigió al consultorio equivocado, tomó su turno y fue atendido por el doctor sin que la secretaría de la clínica verificara adecuadamente los datos. Durante la consulta, el médico le pidió al joven que se desvistiera y se recostara en la camilla en posición fetal, lo que el joven pensó que era parte del procedimiento oftalmológico.
El problema se reveló cuando el médico, tras realizar el examen, se percató de que la historia clínica abierta en su computadora no correspondía con el paciente ni con el procedimiento realizado. El joven, confundido y adolorido, quedó con más preguntas que respuestas sobre el incómodo incidente.
Este hecho ha generado preocupación y debate sobre los protocolos de atención médica en las clínicas.
