Desde los inicios de la Patria que hoy conocemos, el movimiento obrero argentino, o al menos el sector que pone la fuerza de trabajo para la producción, ha encabezado la lucha por los derechos sociales y ha sufrido innumerables injusticias. Entre los logros obtenidos, la jornada de 8 horas, el salario mínimo vital y móvil, las vacaciones pagas, y tantos otros, han sido parte de demandas históricas que lentamente han sido logradas a través de la lucha colectiva.

Durante el Siglo XX, con la ola de inmigrantes europeos que escapaban de la gran guerra, el movimiento obrero argentino tuvo un rol fundamental para que hoy la sociedad pueda disfrutar cómodamente de derechos que parecieran naturales pero que fueron arrancados de las manos de las patronales y los sectores más acaudalados dueños de los medios de producción.

Hoy, en medio de la pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud, destaca un pequeño grupo de trabajadores que día a día le ponen el pecho en la lucha contra el Coronavirus. Los trabajadores sanitarios, a lo largo y ancho del mundo y más que nada en nuestro país, se exponen ellos mismos y a sus familias a situaciones muchas veces imcomprensibles.

Algunos aplauden a los héroes de batas, otros menos comprensivos que no dimensionan el valor de médicos, enfermeros y personal de salud, generan situaciones violentas de discriminación. Aún así, la batalla continúa.

A pesar de las adversidades, el servicio de seguridad pública, comerciantes de productos esenciales, farmacéuticos, chóferes de transporte público, trabajadores de medios de comunicación y un gran número de personas continuaron prestando sus servicios durante la cuarentena sólo para que el resto pueda quedarse y cumplir con la cuarentena. De esta forma se evitaron muchísimos contagios.

Hoy, no está en disputa una conquista de derechos laborales -aunque tal vez sí una reivindicación de los mismos- pero es evidente que sin el sector obrero no se podrá sobrellevar la crisis en la que nos encontramos sumidos. Por esta razón, es más necesario destacar el rol activo de un sector que en todas las etapas de la Argentina ha sabido dar un aporte invaluable para nuestro país.

Pero ¿por qué se conmemora en esta fecha?

El 1º de mayo de cada año se conmemora el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los Mártires de Chicago, así denominado un grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886 en Estados Unidos por realizar un reclamo laboral. Los trabajadores demandaban la reducción de la jornada laboral a 8 horas, ya que solían trabajar hasta 16 horas diarias. Ante la presión de los paros el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó una ley que establecía las 8 horas de trabajo diario. Sin embargo el sector empresarial decidió no acatarla, por lo que los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago iniciaron una huelga el 1º de mayo.

Para las patronales, el pedido era "lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo". El conflicto se extendió a otras ciudades y terminaron parando más de 400.000 obreros en 5.000 huelgas simultáneas. Tanto el gobierno como el sector empresarial creían que estaban ante el inicio de una revolución anarquista.

La fábrica McCormik de Chicago no reconoció la victoria de los trabajadores y el 1º de mayo la policía disparó contra los manifestantes en las puertas de la empresa. Los días siguientes murieron más trabajadores hasta que el cuarto día estalló una bomba contra las fuerzas policiales en un suceso conocido como el atentado de Haymarket. Por la situación y en un juicio dudoso, condenaron a dos trabajadores a cadena perpetua, otro a 15 años de trabajos forzados y cinco a la muerte en la horca. Estas 8 personas se convirtieron en los Mártires de Chicago, y en su conmemoración se declaró que el 1° de mayo sería el Día Internacional del Trabajador.