Sin la voluntad política y la mirada hacia otro lado de la Justicia, el eterno problema de los piquetes lejos está de resolverse y para el drama ciudadano “goza de buena salud”.
En el medio hastiada, cansada que observa que se le priva del derecho más básico que es el de transitar y que el Estado tenga una mirada sesgada y parcial sobre el asunto, razón por lo que no queda otra que actuar en “defensa propia”.
Eso es lo que quiso efectuar hoy un hombre en Güemes y Frondizi cuando se le impedía circular. Bajó de su coche, machete en mano, dispuesto a enfrentarse a los piqueteros pero la intervención policial permitió que el asunto no pase a mayores.
Escena lamentable que no debiera repetirse y para ello solo hace falta con pregonar lo que siempre se dice pero nunca se cumple “garantizar todos los derechos, el de la protesta y el de circulación”, pero que en la práctica solo se atiende uno.