A medida que se acerca la gran final de Gran Hermano, la tensión y la sensibilidad aumentan dentro de la casa. En una noche cargada de emociones, los participantes Juan Pablo De Vigili (Corrientes) y Selva Pérez (Uruguay) vivieron reencuentros profundamente conmovedores con sus familias, en lo que fue uno de los momentos más impactantes de esta edición.
Juan Pablo se reencontró con sus padres, Rosa y Rodolfo, y con su hermano Carlos. El abrazo prolongado y las lágrimas dieron cuenta del vínculo que el tiempo y la distancia no lograron quebrar. Rodolfo expresó su orgullo con palabras sentidas, mientras que Carlos dejó una frase que resonó fuerte: “Volvió a ser él”. El comentario hizo referencia a las duras experiencias que Juan Pablo atravesó antes de entrar al reality, incluyendo una estafa que lo había dejado al límite.
En medio del encuentro, el participante se mostró vulnerable y agradecido. Confesó que se sentía pleno: “La estoy pasando increíble. Estoy pasando mi mejor momento de nuevo”, dijo. Su madre, emocionada, recordó al niño alegre que cantaba y bailaba, mientras su padre le recomendó: “Enfocate en ganar y ponele onda”. La charla, espontánea y cálida, incluyó hasta una referencia a los partidos de la Selección Argentina, como si por un momento el encierro hubiera desaparecido.
Por su parte, Selva protagonizó otro de los grandes momentos de la noche al abrazarse con su esposo, “El Bicho”, y sus hijos, Joaquín y Ricardo, quienes cruzaron desde Uruguay especialmente para verla. “¡Me muero!”, exclamó repetidas veces entre risas y llanto, sin poder contener la emoción. Los llamó “ángeles” y quiso saberlo todo: desde cómo viajaron hasta si estaban comiendo bien.
El reencuentro, entre bromas y muestras de cariño, incluyó pedidos de saludos para figuras como Diego Poggi y Lucila “La Tora” Villar, lo que evidenció que la familia sigue de cerca el paso de Selva por la casa. Antes de despedirse, pidió un último abrazo grupal y agradeció el momento con sinceridad.
La noche cerró con una mezcla de lágrimas, carcajadas y promesas de reencuentros cuando el juego llegue a su fin. La cuenta regresiva hacia la final avanza, pero el recuerdo de estos encuentros familiares ya quedó grabado en la historia del reality.





