La segunda cuota del aguinaldo llegará en un contexto atravesado por el aumento de gastos típicos de fin de año, como las Fiestas y compromisos pendientes, pero también aparece como una oportunidad para ordenar las finanzas y transformar ese ingreso adicional en una herramienta para proteger el poder adquisitivo de cara a 2025.
El dólar sigue siendo la principal opción para quienes buscan resguardo de valor, ya sea a través del sistema bancario o mediante el dólar MEP, ambas alternativas legales, aunque con restricciones cruzadas para quienes operan en simultáneo, mientras que el escenario de mayor estabilidad habilita también a pensar en opciones más diversificadas.
En ese escenario, la renta fija volvió a ganar protagonismo con bonos en pesos que recuperaron atractivo por un mercado más previsible, bonos en dólares como refugio para perfiles conservadores y un fuerte interés en Obligaciones Negociables en moneda dura emitidas por empresas sólidas, en especial del sector energético y de servicios.
También crecen los Fondos Comunes de Inversión por su facilidad de acceso, montos mínimos bajos y gestión profesional, con alternativas tanto en pesos como en dólares, de corto y largo plazo, a lo que se suman los cedears, que permiten invertir en pesos en empresas globales como Apple, Tesla o Coca-Cola, sumando cobertura frente a la inflación local.
Según el perfil del inversor, las estrategias varían entre combinaciones conservadoras de dolarización, renta fija y activos defensivos, carteras moderadas que buscan equilibrar rendimiento y seguridad con bonos, fondos y cedears, y alternativas más agresivas orientadas a acciones locales, cedears de crecimiento, bonos de mayor plazo y Obligaciones Negociables de largo recorrido.





