¿Y vos, practicás algún pasatiempo? Las actividades que muchos consideran “de abuela” como tejer, bordar, hacer crochet, pintar o cuidar plantas están teniendo un verdadero renacer, y no solo por nostalgia o moda. Según diversas investigaciones, estos hobbies no solo ayudan a relajarte, sino que también mejoran tu salud mental, tu concentración y tu bienestar general.
En un mundo atravesado por el estrés y la hiperconectividad, dedicar tiempo a un pasatiempo puede ser una poderosa herramienta para desconectar. Tejer, por ejemplo, estimula áreas del cerebro relacionadas con la atención sostenida y la memoria, y al ser una actividad rítmica, ayuda a reducir la ansiedad y a procesar emociones o pensamientos complejos. No es casual que cada vez más terapeutas recomienden estas prácticas como complemento a los tratamientos para la ansiedad o la depresión.
Además, realizar actividades creativas con las manos refuerza la confianza, fortalece la autoestima y hasta mejora las habilidades sociales, ya que muchas de estas prácticas se comparten en talleres, ferias o encuentros. En paralelo, permiten entrenar la paciencia, fomentar la resiliencia y mantener la mente activa.
En tiempos donde todo parece ir rápido, detenerse a bordar, pintar mandalas o aprender macramé puede ser una forma de resistencia, una pausa necesaria para reconectar con uno mismo y con el presente. Y lo mejor: no hay edad para empezar.
Así que, si alguna vez pensaste que esos pasatiempos eran cosa del pasado, quizás sea hora de darles una oportunidad. Tu mente y tu cuerpo te lo van a agradecer.
