Un estudio reciente de expertos en neurociencia revelan una estrategia sorprendente para potenciar la concentración: escuchar siempre la misma música para tareas cotidianas. Esta práctica, aunque pueda parecer inusual, ayuda al cerebro a entrar en un estado de enfoque de manera rápida y eficiente, convirtiéndose en una herramienta clave para mejorar la productividad.
Según Friederike Fabritius, autora de The Brain-Friendly Workplace, este método es una parte esencial de su rutina. Ella misma comienza su jornada con las Variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach, una pieza que le permite activar su concentración de forma inmediata. Fabritius explica que esta repetición crea un "ritual" para el cerebro, formando una conexión muy fuerte que dispara el enfoque automático al escuchar las primeras notas.
Este mecanismo no solo se basa en experiencias personales, sino que también está respaldado por estudios científicos sobre el impacto de la música en la función cognitiva. Una investigación publicada en Scientific Reports concluye que la música relajante y estructurada es particularmente efectiva, favoreciendo tanto el estudio como el descanso. Se recomiendan melodías con tempo moderado, patrones rítmicos previsibles y bajos niveles de ruido, mientras que estilos como el tecno o la música disco pueden dificultar la concentración por sus estímulos abruptos.
La duración de la pieza musical elegida también es crucial; las Variaciones Goldberg, con sus noventa minutos, permiten bloques de trabajo extensos sin interrupciones, ayudando a mantener la atención sostenida. Sin embargo, la neurocientífica Fabritius advierte que la respuesta emocional a la música es profundamente individual, por lo que es necesario un proceso de prueba y error para encontrar la obra más adecuada para cada persona.
En los últimos años, esta estrategia ganó popularidad entre profesionales que buscan métodos accesibles y de bajo costo para mejorar su rendimiento. A medida que avanzan las investigaciones en neurociencia, la integración de recursos auditivos personalizados en la rutina diaria se perfila como una clave para enfrentar los desafíos de concentración en entornos laborales cada vez más demandantes.





