Este domingo, a los 90 años de edad, murió el ex presidente Carlos Saúl Menem. Su salud estaba muy debilitada tras haber estado internado en el sanatorio Los Arcos, donde lo atendieron por una infección urinaria. El actual senador por La Rioja pasa a la historia como un hombre polémico que condujo por 10 años los destinos del país con un estilo inigualable, defendido a ultranza por algunos y repudiado severamente por otros.
Carlos Menem murió este domingo en el Sanatorio Los Arcos de la Ciudad de Buenos Aires, donde estaba internado desde hacía un tiempo por una infección urinaria. Sin dudas, este riojano, nacido en Anillaco el 2 de Julio de 1930, fue un auténtico “animal político”, que hizo gala de la picardía y la astucia que solamente la ostentan los líderes. Fue quien instaló durante toda la década del 90 el “vale todo” en la política argentina y significó un contraste ideológico absoluto con su predecesor, Raúl Alfonsin.
Sin dudas, sus anécdotas van a permanecer como parte de la historia política argentina ya que sus dos mandatos marcaron a fuego a la sociedad argentina. En 1989 cuando ganó las elecciones lo hizo con un discurso netamente populista, y una imagen que lo asociaba a los caudillos del siglo XIX. Sin embargo, arribado el poder cambió diametralmente sus aliados, su discurso, su orientación ideológica y hasta su aspecto porque no tuvo empacho en someterse a cirugías estéticas y vestir ropa de diseñadores internacionales. “Si les decía lo que realmente quería hacer no me hubiera votado nadie” confesó alguna vez en una entrevista cuando ya era el “dueño” de la mayoría de los votos del país, como quedó confirmado en 1995 cuando logró su reelección.
Una postal de época: Menem, Julio Grondona, Niembro y Galmarini. Todo el poder pasaba por el riojano, en la década del 90.
Se hablará seguramente de aquel Plan de Convertibilidad que durante varios años mantuvo la ficción que un peso valía un dólar. También su manera de florearse con la farándula local y extranjera, entre los que se puede destacar sus fotos con Madonna, Los Rolling Stones, Michael Schumacher, Lady Di, Pelé, Mirtha Legrand, Gerardo Sofovich y sus vedettes o Cecilia Bolocco (con quien se casó, tuvo un hijo y se divorció, todo en menos de 3 años). Se recordarán sus frases históricas como la de las “relaciones carnales” de nuestro país con Estados Unidos o del cohete que “iba a volar desde Córdoba a Japón en 3 horas, viajando por la estratósfera”.
Llegó a estar con prisión domiciliaria por los juicios abiertos en su contra acusado de corrupción, pero fiel a su estilo logró negociar esa situación asegurándose una Senaduría que le dio inmunidad, incluso sin asistir prácticamente nunca al Congreso en todos los años que acumuló con el rol de senador. También quedará pendiente de resolver la Justicia por qué el asesinato de su propio hijo en 1995 (denunciado como tal desde un principio por su ex esposa Zulema Yoma) él lo negó sistemáticamente. Hasta que la Justicia muchos años después admitió oficialmente que aquello fue un atentado que el propio Jefe de Estado de entonces, nunca hizo investigar.
Fue el presidente que intentó “arreglar” la sangrienta década del 70 con un indulto a los comandantes de la Dictadura y a los líderes de los movimientos subversivos por igual. Fue el presidente que se “convirtió” al Catolicismo, dejando supuestamente atrás la fe musulmana heredada de sus padres, porque ese era un requisito constitucional para que él pudiera llegar a la primera Presidencia.
Su impronta en el Peronismo tiene varios capítulos de colección. Con sus frondosas patillas, viajó en el avión con Perón en su regreso de noviembre de 1972. Fue el candidato a gobernador en 1973 y ganó con más del 50 por ciento de los votos. Lo primero que hizo fue un acto en el pueblo natal de Facundo Quiroga para recordar el levantamiento del general Juan José Valle. Entre los presentes estaban los principales dirigentes de la Juventud Peronista y el obispo Enrique Angelelli. En el 76 fue encarcelado y enviado detenido a Las Lomitas, Formosa, donde disfrutó de salidas transitorias y asi conquistó a la maestra Marta Maza (que con los años fuera diputada nacional y terminara su vida con un suicidio) y de esa unión nació uno de sus tantos hijos. Luego, ya siendo presidente sus socios fueron Bunge y Born, las multinacionales y el presidente norteamericano George Busch, pero siguió concentrando la totalidad del poder partidario. “Se quedaron en el 45” les decía a sus adversarios internos a los que siempre les ganó todas las elecciones.
Murió Carlos Menem. Su historia se seguirá contando y – seguramente – de las más diversas maneras de entender la realidad.