La multifacética Micaela Matijasevich tiene apenas 25 años, pero ya acumula una notable experiencia en el mundo del deporte motor. En diálogo con Radio Facundo Quiroga, contó que su pasión por el karting nació casi por casualidad durante un viaje familiar a Córdoba, en 2017. “Me subí a los kartings de alquiler y cuando bajé dije: ‘esto es lo que quiero hacer’”, recordó.
Formada como maestra mayor de obras, con estudios en diseño de interiores y arquitectura, la corredora es también parte del Instituto Almafuerte, pero su motor interno se enciende cuando habla de competir. Empezó a entrenar en Villa Barberán y más tarde corrió en el circuito de Achamo, sobre tierra. “La primera carrera fue la más difícil. Jugaron los nervios, era algo completamente nuevo para mí y no conocía la pista”, confesó.
La preparación para cada competencia es integral: incluye trabajo físico, técnico y también mental. “Todavía no tengo psicólogo deportivo, pero me gustaría. La carga mental es mucha”, explicó. Actualmente compite en la categoría 150 cc y tiene la mirada puesta en dar el salto a los motores Yamaha dos tiempos y, a futuro, al automovilismo nacional. “Me entusiasma más el Turismo Nacional que el TC. Me parece mucho más entretenido”, sostuvo.
A pesar de que el automovilismo sigue siendo un ámbito dominado por varones, Matijasevich celebra la creciente presencia de mujeres. “Cuando empecé, éramos pocas. Ahora veo más chicas en las pistas y eso me llena de alegría. Siempre me recibieron bien, pero el machismo todavía está presente en algunos sectores”, señaló.
El gran obstáculo hoy es económico: hace dos años que no puede correr con regularidad por falta de presupuesto. Sin embargo, no se rinde y sueña con volver a la pista en agosto. Mientras tanto, sigue colaborando en el taller, aprendiendo de la mecánica y preparándose para cuando la oportunidad llegue: “El karting es la mejor escuela del automovilismo. Todos los grandes empezaron por ahí”.