Los perros no se educan solos: claves para evitar ataques y entender de quién es la culpa

16 de mayo 2025, 12:33hs

El médico veterinario Mauricio Cerrudo abordó la problemática de los perros de razas consideradas peligrosas, tras un nuevo caso de ataque registrado en la provincia del Chaco. “Este tipo de situaciones se repiten, lamentablemente, porque hay una combinación peligrosa entre perros de gran porte y dueños que no asumen la responsabilidad que les corresponde”, advirtió en Radio Facundo Quiroga.

El especialista aclaró que no toda la culpa recae en la genética del animal. “Un perro peligroso no es necesariamente uno grande o de una raza específica, sino aquel que no fue correctamente socializado y no cuenta con medidas de seguridad básicas. Eso es responsabilidad del dueño, no del perro”, sostuvo. Además, recordó que hasta perros pequeños como los chihuahuas o caniches pueden ser agresivos, sobre todo cuando tienen temperamentos nerviosos y son criados sin límites claros.

Consultado sobre el reciente ataque de un dogo argentino a un niño en bicicleta, Cerrudo fue contundente: “El dogo es una raza con un instinto cazador muy marcado. Genéticamente identifica el cuello como zona de ataque porque fue criado para cazar. No puede andar suelto jamás, y mucho menos sin bozal. Lo que pasó es cien por ciento culpa del dueño”. A su vez, explicó que razas como los pitbulls o rottweilers pueden ser más fuertes físicamente, pero no necesariamente más peligrosas si son correctamente educadas.

Para el veterinario, la clave está en la crianza. “El perro necesita una figura de autoridad. Hay que criarlo como parte de una manada, donde el humano tiene el rol de líder. Cuando se humaniza al perro, se pierde ese orden jerárquico y surgen los problemas. He tenido casos donde muere el dueño y el perro se adueña del hogar, literalmente”, relató.

Finalmente, brindó recomendaciones esenciales: socialización temprana desde los dos meses, paseos con correa corta (nunca retráctil) y, en caso de razas potencialmente peligrosas o perros con antecedentes agresivos, uso obligatorio de bozal. “No se trata de tenerle miedo al animal, sino de entenderlo y anticiparse. El que conoce a su perro, sabe qué situaciones evitar. El que no lo hace, pone en riesgo a todos”, concluyó.

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