Los incendios forestales que actualmente azotan Los Ángeles han sido calificados como los más destructivos en la historia de la ciudad. Con al menos cinco focos activos, tres de ellos descritos por las autoridades como "incontrolables", los incendios han dejado hasta el momento cinco muertos y decenas de heridos. Además, más de 2 mil viviendas y edificios han sido devastados, mientras que cerca de 130.000 personas han tenido que evacuar sus hogares. Las pérdidas económicas podrían superar los 10 mil millones de dólares.
Los incendios han afectado tanto a famosos de Hollywood como Billy Crystal y James Woods, como a los habitantes de la zona costera y los barrios más al oeste de la ciudad. Los jefes de bomberos han informado que la situación es tan crítica que, en algunas zonas como Hollywood Hills, la posibilidad de contener el desastre es nula. La falta de recursos humanos y materiales está complicando las labores de control.
Tres factores clave que agravan la situación
- Vientos de Santa Ana: Estos vientos secos y fuertes, que alcanzan los 161 kilómetros por hora, no solo facilitan el inicio de los incendios, sino que también permiten que se propaguen rápidamente. Además, dificultan el uso de aeronaves para combatir el fuego, obligando a los bomberos a depender exclusivamente de los hidrantes urbanos.
- Falta de agua: El sistema de hidrantes de la ciudad, que depende de los acueductos urbanos, ha sido insuficiente para enfrentar incendios de esta magnitud. Los tanques se vacían rápidamente debido a la gran demanda de agua, lo que deja a los bomberos sin recursos vitales mientras el fuego sigue avanzando.
- Cambio climático y sequía: El calentamiento global ha intensificado la sequía en California, creando condiciones ideales para el crecimiento de vegetación que, al secarse, se vuelve altamente inflamable. Los expertos afirman que el cambio climático está acelerando fenómenos meteorológicos extremos, lo que contribuye a la frecuencia y ferocidad de los incendios.
El control de los incendios está siendo un desafío sin precedentes para los bomberos de Los Ángeles, y la situación sigue siendo crítica a medida que se esperan más días de vientos fuertes y condiciones secas.