El Viejo Hotel Ostende, en la costa argentina, se ha convertido en un sitio de peregrinaje para los amantes de la literatura, gracias a su vinculación con algunos de los más célebres escritores del siglo XX. Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, encontró en este hotel su refugio ideal durante dos veranos a principios de la década de 1930. En la tranquilidad de las dunas y frente al mar, empezó a concebir una de las obras más leídas del planeta, inspirado por la paz que le ofrecía el paisaje.
El hotel conserva la habitación número 51, en la que el escritor francés se alojó, tal como estaba en su tiempo, para ofrecer a los visitantes una experiencia única. La habitación está llena de detalles que evocan la época, como la cama de hierro pintada de verde, el escritorio donde Saint-Exupéry escribió y una serie de ilustraciones del libro. La visita guiada a esta habitación se convierte en un verdadero viaje al pasado, permitiendo a los turistas imaginar al escritor trabajando en su obra mientras contempla el océano.
El Viejo Hotel Ostende no solo fue un refugio para Saint-Exupéry. Escritores argentinos como Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo también se inspiraron en este paisaje para crear su novela policial Los que aman odian, cuyas primeras páginas están impregnadas del misterio y la magia de este emblemático hotel. El hotel aparece como una imagen fantasmagórica entre las dunas, lo que alimenta la atmósfera de suspenso de la obra.
El Viejo Hotel Ostende, fundado en 1913, tiene una rica historia. Originalmente pensado como un gran complejo turístico en medio de las dunas de la costa atlántica argentina, ha sido un refugio para artistas, escritores y visitantes que buscan tranquilidad y belleza. Con el paso de los años, el hotel ha mantenido su encanto original, ofreciendo no solo alojamiento, sino también una variada agenda cultural que incluye charlas de escritores, muestras artísticas y una extensa biblioteca.
Hoy en día, además de su rica historia literaria, el hotel sigue siendo un lugar de encuentro para aquellos que aprecian la cultura y las buenas historias. Su microcine, la oferta de actividades culturales y su atmósfera única continúan atrayendo a visitantes de todo el mundo. Sin dudas, el Viejo Hotel Ostende sigue siendo un símbolo de la conexión entre la literatura, la historia y la magia del mar.