La soledad y el aislamiento social han sido identificados como factores de riesgo significativos para la salud, con efectos comparables al tabaquismo y la obesidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas mayores sufre aislamiento social, y entre un 5% y un 15% de los adolescentes experimentan soledad. Investigaciones recientes refuerzan la necesidad de abordar esta problemática desde una perspectiva integral.
Un estudio de la Universidad de Wollongong, en Australia, reveló que el aislamiento social puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, como la insuficiencia cardíaca. Scott William, investigador principal, destacó que “el aislamiento social afecta a uno de cada cuatro adultos y se reconoce como una crisis de salud moderna”. Además, subrayó la importancia de que los médicos evalúen periódicamente estos factores para reducir riesgos en la población.
Por otro lado, un estudio publicado en Nature Human Behavior halló que la falta de interacción social afecta el sistema inmunológico y aumenta el riesgo de enfermedades como diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares. Los investigadores identificaron 175 proteínas en la sangre relacionadas con el aislamiento y la soledad, algunas de las cuales impactan en la regulación del estrés y la respuesta inmunitaria.
Desde el psicoanálisis, la soledad también es analizada como una experiencia interna compleja que puede afectar profundamente la salud mental. Jorge Catelli, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, explicó que esta sensación “no solo responde a la ausencia de compañía, sino que puede estar vinculada a experiencias tempranas y a la configuración psíquica de cada persona”.
Además, recientes estudios han vinculado la soledad persistente con un mayor riesgo de demencia. Investigaciones del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU. determinaron que quienes se sienten solos tienen un 31% más de probabilidades de desarrollar esta enfermedad. Por ello, los expertos instan a desarrollar estrategias comunitarias que fomenten la conexión social y reduzcan los efectos perjudiciales del aislamiento.
