El fiscal, como parte del Equipo Fiscal Especial, apuntó directamente contra los tres principales acusados, Emerenciano Sena, Marcela Acuña y César Sena, a quienes señaló como los responsables de planificar y ejecutar el crimen ocurrido en junio de 2023.
Las primeras palabras del fiscal Bogado fueron: "Cecilia no era como ellos, no quería ser piquetera". Describió a la víctima como una mujer con un mundo por delante, llena de proyectos, que creía en el amor y deseaba formar una familia. Bogado aseguró que la joven fue víctima de personas violentas que la despreciaron y engañaron, y que el clan Sena decidió "quitarla del medio" cuando advirtieron que no podían controlarla.
Según la acusación, Marcela Acuña y Emerenciano Sena no aceptaban a Cecilia en la vida de su hijo debido a que tenía "otros valores". Cuando la pareja se enteró de que se habían casado, Cecilia pasó a ser considerada una amenaza. Esta amenaza no era solo para el vínculo familiar, sino también para el poder político y económico del clan Sena.
El fiscal sostuvo que a partir del casamiento, comenzó a gestarse un "único objetivo: matarla y hacerla desaparecer". Para ello, le tendieron una trampa. El 2 de junio de 2023, Acuña y Emerenciano Sena salieron del domicilio familiar para dejar la casa libre. César llegó con Cecilia a las 9:14, engañándola con la mentira de que Marcela Acuña le había conseguido un proyecto de vivienda y trabajo en Ushuaia, lo cual era "una fachada, parte del plan". César la asesinó en una de las habitaciones de la planta baja, "valiéndose del poder económico y emocional que ejercía sobre ella".
Finalmente, Bogado subrayó un punto clave del crimen premeditado: Cecilia intentó defenderse y "Luchó por su vida". El fiscal reveló que la joven le rasguñó el cuello y el brazo derecho en la parte interna a César, marcando el inicio de una etapa decisiva en el proceso judicial.





