Las últimas 24 horas representaron un duro revés para Elon Musk, comenzando con la derrota de su candidato pro-Trump a la Corte Suprema de Wisconsin, en quien invirtió US$ 20 millones. Poco después de este revés político, Tesla reportó su mayor caída de ventas de la historia, un 13% en el primer trimestre, contrastando con el aumento del 60% en los ingresos de su principal competidor durante el mismo período.
Además de los problemas en ventas, un informe sugirió que Musk había permanecido demasiado tiempo en Washington, lo cual fue calificado como "basura" por la Casa Blanca y "noticias falsas" por el propio Musk. Sin embargo, el Gobierno confirmó que se espera que Musk concluya su rol como "empleado especial del Gobierno" a finales de mayo o junio.
Curiosamente, la noticia de que Musk dejará su cargo gubernamental provocó un repunte del 6% en las acciones de Tesla, lo que sugiere que los inversores ven con optimismo un posible enfoque renovado en los problemas de la empresa, como la rápida disminución de su cuota de mercado y el desarrollo de la conducción autónoma. A pesar de seguir siendo la persona más rica del mundo, Musk perdió más de una cuarta parte de su patrimonio neto desde enero.
En resumen, tanto votantes como clientes e inversores parecen estar mostrando su descontento con la situación actual en torno a Elon Musk. Su alianza con la extrema derecha afectó negativamente a la marca Tesla entre su base tradicional de clientes, y sus intentos por influir en la política, como la fallida apuesta en Wisconsin, no dieron los resultados esperados.