La integración de la Inteligencia Artificial (IA) en las aulas, a través de herramientas como ChatGPT, representa un momento "refascinante, pero también desafiante" para la educación, según Laura Lewin, especialista en el tema. Lewin abordó las preocupaciones de los educadores ante la posibilidad de ser reemplazados, pero aseguró que el docente es indispensable. La experta sostiene que, aunque la tecnología tiene la capacidad de escribir, resumir o explicar conceptos en segundos, no sustituirá al factor humano.
Lewin es categórica al señalar las limitaciones de la IA y el rol irremplazable del maestro: "la respuesta claramente es que no, porque el chat GPT te va a dar información, pero no puede percibir emociones, puede generar textos, pero no puede leer miradas". Para la especialista, el propósito de estas herramientas debe ser claro: la IA "puede ayudar a enseñar, pero no puede educar". La clave del éxito en su uso radica en que el sistema "potencia el pensamiento, no cuando lo reemplaza".
Para garantizar que la IA sea un complemento productivo, Lewin sugiere estrategias pedagógicas que fomenten el pensamiento crítico. Por ejemplo, se puede pedir a los alumnos que "le pidan al CHGPT que se conviertan en San Martín, en un obrero de la revolución industrial", y luego contrastar lo que responde la IA con "fuentes reales". Otra técnica es solicitarle al ChatGPT que resuma el mismo texto "en tres niveles diferentes. Uno como si fuera un nene de 8 años, otro para un adolescente y otro para un experto", para analizar la complejidad de la información.
El rol central del docente es evitar que la tecnología se convierta en una excusa para la pereza mental. Lewin subraya que no se puede permitir que el alumno "ahorre el esfuerzo de aprender", porque si usa el ChatGPT para "entregar un trabajo que no pensó, ahí pierde el alumno". Finalmente, la especialista afirma que para una adopción exitosa, los educadores requieren "capacitación" y deben "jugar, jugar y probar" con la tecnología, con el objetivo de utilizar la IA "para que los chicos piensen más, no menos".
El uso adecuado de la inteligencia artificial puede liberar tiempo al docente, permitiéndole generar preguntas interesantes para exámenes y ocuparse de otras tareas importantes en el aula.






