La crisis del sector lechero se agudiza en Argentina debido a la pérdida del poder adquisitivo de las familias. Muchos tambos están volviendo a los cultivos ante la falta de apoyo gubernamental y precios de referencia, mientras que el consumo de leche se desploma.
Nestlé anunció la paralización temporal de su planta en Villa Nueva, Córdoba, afectando a 189 empleados debido al exceso de stock acumulado por la disminución en las exportaciones y la caída en la demanda local. Esta planta se dedica a la producción de leche en polvo y UHT, productos esenciales en la dieta infantil.
Estimaciones privadas indican que siete millones de argentinos han dejado de comprar alimentos ricos en proteínas por falta de dinero. Nueve de cada diez familias ya no pueden adquirir la misma cantidad de productos básicos que el año anterior debido a la inflación y la crisis económica.
La infancia es la más afectada, con un millón de niños y jóvenes que se van a dormir sin comer y que ya no consumen leche ni lácteos. El 65% de los niños menores de 14 años vive en la pobreza, lo que evidencia la gravedad del problema.