A menos de dos semanas de la final de Gran Hermano, la competencia vivió su última gala de nominaciones, que marcó un punto crucial para definir quiénes enfrentarán la doble eliminación del fin de semana. Los participantes votaron en el confesionario con nervios y estrategia, conscientes de que cada voto podía cambiar el rumbo del juego.
Juan Pablo, Selva, Luz, Tato y Ulises quedaron en la placa negativa tras el recuento de votos, luego de que se anularan las elecciones de Eugenia por una acción previa de La Tana. Aunque la santiagueña tuvo una gran noticia para su estadia: no fue nominada y entró directamente entre los 5 mejores de cara a la final. La tensión se hizo sentir entre los concursantes, que buscan asegurar un lugar en la final que tendrá lugar dentro de 13 días.
En medio de la competencia, la dimensión humana se hizo presente con dos emotivos reencuentros familiares. Eugenia Ruíz pudo abrazar nuevamente a su hijo Felipe después de meses de aislamiento, un momento cargado de emociones y afecto que alivió la presión del encierro.
Por su parte, Santiago “Tato” Algorta recibió la visita de su padre y hermanos en el SUM de la casa, tras más de seis meses sin contacto directo. La reunión fue un espacio para compartir fuerzas y recordar los lazos familiares en esta etapa decisiva del programa. Tato expresó su asombro por haber llegado tan lejos y compartió con su familia sus ganas de volver a la vida cotidiana, incluyendo su deseo de ir a la cancha a alentar a Peñarol.
