En un escenario desgarrador que ha estremecido a la nación, una mujer identificada como Kristel Candelario, de 32 años de edad, se ha declarado culpable por dejar perecer a su hija de apenas un año de edad, Jailyn, en su residencia ubicada en la ciudad de Cleveland, estado de Ohio, mientras ella disfrutaba de unas vacaciones en Puerto Rico. Este atroz acto, que ha dejado atónitos a los residentes de la localidad y a la opinión pública en general, ha desencadenado una serie de consecuencias legales que podrían condenar a Candelario a cadena perpetua, según lo informado por el fiscal del condado de Cuyahoga, Michael O´Malley.

La historia comienza el 6 de junio de 2023, cuando Candelario emprende su viaje hacia la isla caribeña de Puerto Rico, dejando a su pequeña hija sola y desprotegida en su domicilio. Durante su ausencia, que se prolongó por más de una semana, la inocente Jailyn quedó sumida en condiciones deplorables, desprovista de alimentos y agua, lo que resultó en un estado de hambre y deshidratación que finalmente le arrebató la vida.

Mientras la pequeña sufría y agonizaba en su hogar, la madre exhibía una actitud despreocupada y feliz en sus redes sociales, compartiendo publicaciones que contrastaba con la trágica realidad que vivía su propia hija. La insensible indiferencia de Candelario ante el sufrimiento de Jailyn quedó patente cuando compartió una selfie en una playa de arena con la insensible frase: "El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido".

La vuelta de Candelario a su hogar el 16 de junio marcó el desgarrador descubrimiento de la trágica pérdida de su pequeña hija en el parque cercano. Al llamar al 911, la mujer afirmó haber dejado a la niña al cuidado de una amiga, pero las investigaciones policiales desvelaron la cruel verdad: nadie había velado por el bienestar de la niña y la madre había tejido una telaraña de mentiras.

El examen forense realizado reveló que Jailyn falleció a causa del hambre y la deshidratación, pero también evidenció signos alarmantes de maltrato y negligencia en el cuerpo de la pequeña, incluyendo moretones, quemaduras y cicatrices, que apuntaban a un trato inhumano infligido por manos maternas.

Candelario, quien se enfrentaba a múltiples cargos de asesinato y agresión criminal, finalmente aceptó un acuerdo de culpabilidad. Se espera que la sentencia sea emitida el próximo 18 de marzo, y es probable que la acusada enfrente una condena de cadena perpetua.

El fiscal O’Malley ha descrito este caso como "uno de esos casos verdaderamente inimaginables que recordaré durante muchos años", y ha enfatizado que la condena de hoy representa "el primer paso hacia la justicia para Jailyn", aunque no puede borrar el vacío dejado por la pequeña víctima, cuya vida fue truncada de manera brutal y prematura por la indiferencia y negligencia de quien debería haber sido su protectora.