Katia Briniuk, ingeniera industrial originaria de Resistencia, compartió su desgarrador relato sobre las devastadoras inundaciones que afectaron a Valencia, España, en una entrevista con Radio Facundo Quiroga. A pesar de vivir en el centro de la ciudad y no haber sufrido daños directos, destacó la magnitud de la catástrofe que ha dejado a 70 municipios en condiciones críticas: “Me siento una privilegiada porque tengo acceso a internet, agua y luz, pero aún hay muchos lugares que necesitan ayuda urgentemente”, afirmó.
La situación es alarmante: “La catástrofe superó todas las expectativas y hasta hoy no hay cifras oficiales sobre los desaparecidos”, explicó. La comunidad se ha organizado de manera espontánea para ayudar a limpiar y recuperar las zonas afectadas, utilizando palas, baldes y otros recursos. “Los caminos, puentes y vías han sido arrasados; acceder a las áreas más necesitadas es un desafío”, comentó, subrayando la urgencia de la situación.
Briniuk también describió el panorama desolador que encontró al salir a ayudar: “Las calles están cubiertas de barro y escombros, y los olores son insoportables. Nos repartieron guantes y barbijos para protegernos del material orgánico y los desechos que se arrastraron con el agua”. El esfuerzo colectivo de los voluntarios se ha intensificado, con grupos de ciudadanos organizándose para llevar suministros básicos y realizar labores de limpieza.
La falta de información precisa sobre los daños y las víctimas ha generado una atmósfera de incertidumbre y frustración entre los habitantes. “La gente estaba en la calle cuando el agua llegó, y no hubo alertas adecuadas para evacuaciones. Es increíble lo que hemos visto”, expresó Briniuk, quien remarcó la solidaridad de los valencianos, así como el apoyo de organizaciones que han comenzado a organizarse para ayudar.
“Todavía hay demasiados lugares que requieren atención. La magnitud de lo ocurrido es algo que no imaginé ver en mi vida”, concluyó.