Investigadores del Instituto de Antropología de Córdoba, liderados por el Dr. Rodrigo Nores, revelaron un descubrimiento significativo: la identificación de un linaje genético propio y distintivo que habitó el centro y el norte de Argentina.
El hallazgo es notable porque esta región central de Argentina, que incluye áreas de Córdoba, Santiago del Estero, Santa Fe, Entre Ríos, y partes de Catamarca y Buenos Aires, nunca había sido estudiada genéticamente en profundidad. Tradicionalmente, los indígenas sudamericanos se habían dividido en tres grandes grupos: andinos (Perú, Bolivia, Ecuador), amazónicos (selvas tropicales) y patagónicos (centro de Chile). Los investigadores esperaban encontrar quizás una mezcla de estos componentes, pero hallaron una "identidad genética propia", no una simple mezcla.
Este linaje ancestral se remonta, como mínimo, a 8.500 años atrás. La antigüedad se pudo confirmar gracias al análisis de los restos de una persona que vivió en Córdoba, cerca de la actual Jesús María, y que ya presentaba este linaje genético. Este individuo, por ejemplo, fue encontrado originalmente en 1951 y forma parte de una colección de museo. La investigación se sustenta en 50 a 70 años de arqueología en la región y en la colaboración de una red de cerca de 30 arqueólogos que realizaron excavaciones.
El estudio se llevó a cabo extrayendo ADN de un diente o un fragmento de hueso de los cuerpos esqueletizados, pulverizando el material y leyendo cientos de miles de "marcadores" genéticos. Estos marcadores informan sobre el origen y la historia de las poblaciones, pero no necesariamente sobre rasgos físicos distintivos. Las diferencias que se leen en el ADN son cambios que se acumulan con el tiempo y que demuestran que las poblaciones de esta región tienen un ancestro común con milenios de antigüedad.
Lo más sorprendente para la audiencia es que este componente genético ancestral no es solo un vestigio histórico; el Dr. Nores confirmó que este linaje también se encuentra en la población actual de la región. Esto significa que gran parte de la gente que vive hoy en el centro de Argentina es portadora de ese componente genético de 8 milenios de antigüedad. Al estudiar la parte indígena del análisis genético de personas actuales, se puede encontrar ese mismo componente, a pesar de que la población latinoamericana generalmente es una mezcla de nativoamericano, europeo y africano.
