La insatisfacción laboral en Argentina alcanzó niveles récord, impulsando una alta y creciente movilidad en el mercado de trabajo. De acuerdo con un reciente relevamiento de la consultora Randstad, un alarmante 86% de los argentinos se encuentra en búsqueda activa de un nuevo empleo. Esta cifra representa un salto de 24 puntos porcentuales respecto al 62% registrado en 2023, y coloca a Argentina a la cabeza de la región en el deseo de cambio laboral, superando ampliamente a Uruguay (67%) y Chile (44%).
El motor de esta intensa búsqueda se debe a una caída en los niveles de satisfacción. Solo el 44% de los argentinos afirma estar satisfecho o muy satisfecho con su puesto actual, una cifra que disminuyó 5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior y que ubica al país en el último lugar de la región, por debajo de Chile (55%) y Uruguay (48%). El principal factor que motiva a los trabajadores a buscar nuevas oportunidades es la necesidad de conseguir mejores salarios y beneficios, señalado por el 36% de los encuestados, seguido de cerca por las oportunidades de desarrollo profesional (28%).
Andrea Ávila, CEO de Randstad para la región, explicó que este fenómeno refleja que "los trabajadores siguen reevaluando sus prioridades constantemente. Más allá del salario, hoy buscan desarrollo, bienestar y un mejor equilibrio entre la vida personal y profesional". Otros factores que inciden en el deseo de cambio para los argentinos incluyen la seguridad laboral (8%), el equilibrio entre vida familiar y profesional (8%) y el deseo de un trabajo con propósito (4%), evidenciando una visión integral sobre el bienestar laboral.
A pesar del contexto económico desafiante, la encuesta también arrojó que los trabajadores argentinos mantienen una alta confianza en su capacidad de empleabilidad. Un 90% de los encuestados cree que podría conseguir un empleo similar al actual dentro de los próximos seis meses si lo necesitara. No obstante, se registra un leve incremento del miedo a perder el empleo (12%), lo que indica una mayor cautela en el mercado. El empleo, según Ávila, "pareciera mantenerse estable, sin señales visibles de deterioro", lo que alimenta la expectativa de que el cambio de trabajo pueda significar una mejora real en sus condiciones.





