La casa de Gran Hermano vivió una de sus noches más tensas con la inesperada eliminación de Martina Pereyra, quien perdió en un mano a mano con Catalina Gorostidi con el 52,6% de los votos negativos. El resultado sacudió el juego y dejó al descubierto una interna feroz que ya no se oculta.
La salida de Martina no fue una más: expuso traiciones, reavivó viejos rencores y dejó gritos y reproches en cada rincón de la casa. Chiara Mancuso, salvada con el 28,9%, no se guardó nada y apuntó directo contra el líder de la semana, Tato Algorta: “¡Cinco veces me fulminó este careta! ¡Gracias, se acabó la mentira!”, lanzó tras escuchar que seguía en juego.
Tato, responsable de reemplazar a Luz por Catalina en la placa, se convirtió en blanco de insultos. “Ahora llorá, ridículo”, le gritó Chiara mientras él, en silencio, evitaba sumarse al canto de despedida. También Lourdes Ciccarone se despachó con dureza: “Seguí ahí con tu jugada, estratega, ridículo, llorando y con Lucecita, a la que le tenés ganas”.
La decisión del público —que respaldó con fuerza a Catalina (47,3%)— evidenció un cambio en el juego. Las fracturas internas se profundizaron y los grupos comenzaron a reacomodarse tras una semana marcada por estrategias fallidas y alianzas que se resquebrajan. El tablero se reordenó, pero la tensión quedó más encendida que nunca.
