Su situación tomó un giro dramático tras conocerse que los carceleros del régimen chavista redoblaron las amenazas de muerte contra los extranjeros capturados, utilizándolos como moneda de cambio ante la creciente presión internacional.
Según testimonios que lograron salir del penal, el director del centro de detención recorrió las celdas advirtiendo directamente a los detenidos: “Si los gringos pisan Venezuela, los primeros que van a sufrir las consecuencias son ustedes”. Estas intimidaciones se producen en un contexto de aislamiento total, donde los reclusos carecen de defensa en juicio, asistencia consular o contacto con sus familias.
María Alexandra Gómez, pareja de Gallo, rompió el silencio para denunciar la tortura psicológica a la que son sometidos los extranjeros. Gómez responsabiliza directamente a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello por la integridad física del gendarme, señalando que el régimen utiliza a los prisioneros como escudos humanos frente a la ofensiva diplomática y militar liderada por Estados Unidos.
La denuncia describe un ambiente de crueldad extrema donde el director del penal, quien actúa encapuchado, se burla de los derechos humanos y ejerce un poder absoluto sobre personas indefensas. Nahuel Gallo, padre de un niño de tres años, se encuentra atrapado en lo que las fuentes califican como un campo de concentración destinado a retener rehenes de la "narcodictadura".
Ante la gravedad de los hechos, Gómez confirmó que mantendrá un encuentro en la Cancillería argentina para brindar detalles de la situación y solicitar el apoyo formal del gobierno de Javier Milei. La familia exige que Gallo regrese "sano y salvo", advirtiendo que el silencio frente a estas atrocidades solo profundiza el riesgo de los detenidos.






