Desde San Fernando, Buenos Aires, Mariela Dabat viajó con su madre a conocer El Impenetrable chaqueño y vivió una experiencia inolvidable. Lo que iba a ser una estadía de apenas dos días se transformó en una semana completa debido a las lluvias: “Terminamos quedándonos siete porque no podíamos salir. ‘Hoy no las vamos a poder ir a buscar, mañana tampoco, y nosotras estábamos: ¿qué vamos a hacer con el avión?’”, expresó en comunicación con Radio Facundo Quiroga.
A pesar de la incertidumbre, el viaje se convirtió en una aventura extraordinaria. “La verdad que fue hermoso el lugar. Nos pareció algo que tiene que ser más visibilizado porque mucha gente todavía no está enterada de lo que hay”, sostuvo. También destacó la calidez de la gente: “Nos recibió una comunidad hermosa. Fueron súper amables, atentos a todo lo que necesitábamos”.
Durante su estadía, Dabat realizó múltiples actividades: “Hicimos kayak, caminatas nocturnas, navegamos el Bermejo y recorrimos senderos. Vimos pecaríes, armadillos, lechuzas, y escuchamos a la Aguará Guazú, que dicen que no se deja escuchar mucho. Fue una locura”.
La comida regional fue otro punto alto del viaje. “Nos probamos todos los guisos, estofados, empanadas fritas, budines de algarroba y dulce de ucle. Una fiesta. Todo riquísimo y nada nos cayó mal”, aseguró. Antes de volver, ya tenía en mente regresar: “Nos fuimos diciendo ‘en septiembre volvemos’. No sé si podremos, pero sí, con muchas ganas”.
Antes de despedirse del Chaco, recorrió Resistencia: “Estar allá fue muy distinto a mi vida cotidiana. Lo viví al 100% porque no se ve eso en Buenos Aires. Me quedó clarísimo que quiero volver”.