El Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió una clara declaración que sacude el panorama político argentino: la aprobación del acuerdo con el país no dependerá del Congreso Nacional. Esta aclaración llega en un momento de intensas negociaciones sobre la continuidad del programa económico.
A través de su vocera, Julie Kozack, el organismo multilateral enfatizó que la decisión de buscar o no el apoyo legislativo es una cuestión interna del gobierno argentino. "Tener el apoyo del Congreso es una decisión de las autoridades tal como lo establece la legislación interna argentina", precisó.
Sin embargo, las voces dentro del gobierno parecen no estar del todo alineadas. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, había indicado en una entrevista periodística que la aprobación por decreto no sería viable, ya que el Fondo "no lo permitiría" por la necesidad de "seguridad jurídica".
Por su parte, el presidente Javier Milei había instado al Congreso a aprobar el acuerdo durante su discurso en la Asamblea Legislativa. No obstante, en los últimos días trascendió que su intención no es someter a debate la totalidad del nuevo programa.
Según se informa, el Poder Ejecutivo buscaría únicamente la autorización para contraer una nueva deuda, manteniendo en reserva los detalles del programa económico que definirán la política del país por varios años. Esta estrategia, al parecer, responde a la dificultad que el Gobierno anticipa para lograr la aprobación del programa completo en el Congreso.
El ministro de Economía, Luis Caputo, reiteró que el FMI no está exigiendo una devaluación y que ya se llegó a un entendimiento sobre la hoja de ruta del programa económico. Además, aseguró que el acuerdo se concretaría durante el primer cuatrimestre del año, considerando los trámites legislativos necesarios y los procesos burocráticos del FMI. Caputo también explicó que el programa incluirá fondos frescos destinados a la recapitalización de activos del Banco Central, lo cual, según sus palabras, "no implica aumento de la deuda bruta".