El programa de intercambios estudiantiles, promovido por la organización American Field Service (AFS), busca familias anfitrionas en Resistencia y otras partes de Chaco para recibir a estudiantes internacionales. Sol Garay, coordinadora de recepción de familias, y Nahimid Simon, presidenta de la estructura voluntaria de Resistencia, compartieron en su visita a los estudios de Radio Facundo Quiroga la importancia de este tipo de intercambios y cómo la convivencia con estudiantes de diferentes culturas puede cambiar la perspectiva de todos los involucrados.
Sol Garay contó que su experiencia como estudiante de intercambio la llevó a Bélgica en 2019. "Aunque la pandemia interrumpió mi estadía, pude mantenerme en contacto con mi familia anfitriona, lo que se convirtió en una de las experiencias más valiosas para mí", afirmó. Por su parte, Nahimid Simon también relató su experiencia de intercambio a Brasil en 2015, donde pasó seis meses. Ambas coincidieron en que el intercambio permite no solo aprender sobre otra cultura, sino también reflexionar sobre las propias costumbres y valores. “Es una oportunidad única para conocer el mundo desde otra perspectiva”, destacó Garay.
Uno de los aspectos clave del programa es la búsqueda de familias dispuestas a acoger a estos jóvenes en sus hogares. "Lo importante es que las familias estén dispuestas a vivir la experiencia y aprender junto con el estudiante", explicó Garay. La organización proporciona herramientas interculturales para facilitar la adaptación tanto del estudiante como de la familia. “Es un proceso de aprendizaje mutuo, donde todos crecen y se enriquecen”, agregó Simon.
El impacto de estos intercambios no solo es visible en los estudiantes que viajan, sino también en las familias anfitrionas. “La experiencia de tener a un joven extranjero en casa cambia la forma de ver el mundo, y permite cuestionar y aprender sobre nuestras propias costumbres”, señaló Garay. En Resistencia, actualmente, se reciben estudiantes de diversos países, como Bélgica, Brasil, Suecia, y muchos más.
Los estudiantes que llegan a Chaco son jóvenes que se enfrentan a un choque cultural, pero que rápidamente se adaptan gracias al apoyo de las familias anfitrionas y la organización. El proceso de adaptación incluye talleres de preparación tanto para las familias como para los estudiantes. Estos talleres proporcionan herramientas para enfrentar las diferencias culturales, y enseñan cómo manejar situaciones cotidianas que pueden resultar confusas. "Es fundamental el apoyo de las familias y el intercambio constante para que todo fluya", concluyó Simon.