Escala la guerra que Israel declaró a Irán: claves para entender un conflicto de impacto global

Un ataque aéreo sobre Teherán marcó un nuevo punto de inflexión en un conflicto que lleva décadas y se intensificó en las últimas horas. El equilibrio de Medio Oriente y la amenaza nuclear, en juego.
15 de junio 2025, 8:30hs

El ataque aéreo lanzado por Israel contra Teherán , en el marco de la operación denominada León Ascendente, abrió un nuevo y preocupante capítulo en el enfrentamiento con la República Islámica de Irán.

El objetivo: sitios clave del programa nuclear iraní y altos mandos militares, en lo que constituye una de las ofensivas más directas y audaces en suelo iraní en los últimos años.

La agresión se produce en un contexto de máxima tensión regional, atravesado por la guerra en Gaza, los vínculos de Irán con grupos armados como Hamás y Hezbollah, y las advertencias israelíes sobre el peligro inminente de una Irán nuclear.

Cinco claves para comprender este conflicto que crece en escala y riesgo

  1. Guerra de inteligencia, virus y operaciones encubiertas
    La confrontación entre Israel e Irán no empezó con bombas. Desde al menos 2010, ambos países están inmersos en una guerra silenciosa basada en espionaje, sabotajes cibernéticos y asesinatos selectivos. El virus informático Stuxnet, presuntamente desarrollado por Israel y Estados Unidos, atacó instalaciones nucleares iraníes y fue el primer gran golpe en este terreno.
    En 2018, Israel filtró documentos que, según el entonces primer ministro Benjamín Netanyahu, demostraban que Irán había ocultado información crucial sobre su programa nuclear antes del acuerdo de 2015 con las potencias. El operativo fue atribuido al Mossad y habría implicado el robo de archivos secretos desde bóvedas en Teherán.
  2. Carrera nuclear y asesinatos de científicos
    Desde el colapso del acuerdo nuclear en 2018 —tras la retirada unilateral de EE.UU. bajo la administración Trump— Irán avanzó en el enriquecimiento de uranio, alcanzando niveles del 60%, muy cercanos al umbral necesario para un arma atómica.
    En paralelo, Israel ha sido acusado de llevar adelante una campaña sistemática de asesinatos selectivos contra científicos nucleares iraníes. El más resonante fue el de Mohsen Fakhrizadeh, considerado el cerebro del programa atómico, ejecutado en noviembre de 2020 mediante una ametralladora operada a distancia.
    Según estimaciones de organismos internacionales, Irán ya habría acumulado suficiente uranio enriquecido para fabricar varias bombas nucleares, aunque aún no se ha probado que haya construido un artefacto.
  3. Gaza, Hamás y el apoyo iraní
    El ataque de Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre de 2023 reconfiguró el tablero geopolítico. Israel respondió con una ofensiva masiva sobre Gaza, mientras Irán reafirmó su respaldo al grupo palestino, al que considera un actor legítimo de la resistencia. La alianza estratégica entre Irán, Hamás y Hezbollah intensificó la tensión con Tel Aviv, que ahora acusa a Teherán de operar una "red de agresión regional".
    Los recientes asesinatos de líderes de Hamás e Hezbollah, atribuidos a operaciones israelíes, avivaron aún más el conflicto. A esto se suma el impacto del prolongado bloqueo y las denuncias por crímenes de guerra en Gaza, que elevaron la presión internacional sobre Israel.
  4. El argumento israelí: "Evitar una catástrofe nuclear"
    Israel sostiene que el desarrollo nuclear iraní representa una amenaza existencial. El primer ministro Netanyahu ha reiterado que Irán "busca la destrucción del Estado de Israel" y que no permitirá que adquiera capacidad atómica.
    "En los últimos años Irán ha producido suficiente uranio altamente enriquecido para fabricar hasta nueve bombas nucleares. Si no se detiene, podría desarrollar un arma en cuestión de meses", advirtió. Bajo ese argumento, Israel justifica sus ataques como acciones preventivas, aunque la comunidad internacional advierte sobre el riesgo de una guerra abierta.
  5. Ataques cruzados y una escalada sin freno
    El conflicto se intensificó en 2024 con una sucesión de ataques directos e indirectos. El 1 de abril, un bombardeo israelí destruyó el consulado iraní en Damasco, Siria. Irán respondió con el mayor ataque directo de su historia contra Israel: más de 300 misiles y drones, en su mayoría interceptados por el sistema de defensa israelí.
    En los meses siguientes, Israel llevó a cabo acciones dentro del territorio iraní —incluido el bombardeo reciente en Teherán— dirigidas a instalaciones militares y sistemas de defensa antiaérea. A su vez, Irán ejecutó a un ciudadano acusado de colaborar con el Mossad en el asesinato del coronel Hassan Sayyad Khodaei, ocurrido en 2022.

Un conflicto de impacto global
Más allá de las fronteras de Medio Oriente, el conflicto Israel-Irán involucra a actores clave como Estados Unidos, Rusia, China y las potencias europeas. La fragilidad del equilibrio regional, el riesgo de una guerra mayor y el fantasma de la proliferación nuclear ponen a prueba la diplomacia internacional y despiertan la preocupación por un eventual desenlace de consecuencias globales.

El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido de urgencia en varias ocasiones, mientras crecen los llamados a la contención. Sin embargo, ni Israel ni Irán parecen dispuestos a dar marcha atrás. La posibilidad de una guerra abierta, una vez más, deja de ser una hipótesis lejana.

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