El Banco Central de la República Argentina (BCRA) modificó la forma en que los bancos deben integrar sus encajes, con el objetivo de brindar más liquidez al sistema y reducir la volatilidad de las tasas de interés. Desde el 1 de noviembre, el efectivo mínimo exigido pasará a calcularse como un promedio mensual, aunque con un piso diario del 95% del total requerido.
La decisión fue oficializada mediante la Comunicación “A 8350” y alcanza a los depósitos a la vista en pesos, como cuentas corrientes y cajas de ahorro. Según fuentes del organismo citadas por medios nacionales, la medida busca relajar el apretón monetario previo a las elecciones y dar margen a las entidades financieras para administrar mejor sus fondos.
Sin embargo, desde el sector bancario señalaron que se trata de una mejora “leve” y que aún esperan señales más contundentes del BCRA. Las entidades vienen reclamando desde hace meses un esquema más flexible para manejar su liquidez, ya que la exigencia de integración diaria al 100% complicaba las operaciones y forzaba a pagar tasas más altas o mantener recursos inmovilizados sin rendimiento.
Los encajes bancarios son una porción de los depósitos que las entidades deben mantener retenidos en el Banco Central, como respaldo ante eventuales retiros y herramienta de política monetaria. Su modificación impacta directamente en la cantidad de dinero circulante y, por ende, en el costo del crédito y la dinámica inflacionaria.
La flexibilización llega tras semanas de tensión cambiaria y busca evitar una nueva presión sobre el dólar. En paralelo, el Gobierno y el BCRA coordinan una estrategia para inyectar pesos a medida que crece la demanda de dinero, con la expectativa de que, tras el proceso electoral, la confianza en la moneda local permita recomponer reservas y estabilizar el sistema financiero.





