La casa de Gran Hermano vivió una noche inesperada cuando sonó el temido teléfono rojo, generando un giro en el juego. El más rápido en atender fue el correntino Juan Pablo, quien obtuvo un beneficio clave: fulminar a dos compañeros y elegir a otro jugador para que hiciera lo mismo.
Juan Pablo designó a Lourdes como su cómplice en la decisión. La joven apuntó contra Lorenzo y "Bati", dos de los participantes nuevos. A su turno, él decidió fulminar a Santiago "Tato" y Luciana, ambos del mismo grupo.
El momento estuvo marcado por un blooper cuando Lucía, en su intento de correr hacia el teléfono, terminó en el suelo. Además, la definición dejó a cinco jugadores en placa, ya que Chiara arrastraba una sanción desde la semana pasada.
Por su parte, Ulises, el líder de la semana y ganador de la prueba del auto, tenía la posibilidad de salvar a uno de los nominados, pero decidió que todos sigan en riesgo de eliminación.