Un caso insólito ocurrido hace 25 años en Concordia, Entre Ríos, involucra a dos familias que criaron a hijos ajenos debido a un error cometido en el hospital. En la madrugada del 16 de agosto de 1999, María de los Ángeles y César Rodríguez llegaron al hospital Felipe Heras para el nacimiento de su primer hijo, convencidos de que sería un varón. Sin embargo, tras el parto, una enfermera les entregó a una niña, que fue llamada Soledad. En una habitación cercana, otro bebé, un varón, fue entregado a María Griselda Camacho y su pareja, quien lo llamó Ángel Gabriel.
El error fue atribuido a una confusión administrativa, pero a medida que pasaban las semanas y los meses, comenzaron a surgir dudas sobre si realmente se trataba de un simple error. El padre, César Rodríguez, fue el primero en sospechar que su hija podría no ser la suya biológica, lo que llevó a la familia a presentar una denuncia en la justicia.
El juez Martín Carbonell inició una investigación que determinó que las partidas de nacimiento de ambos bebés presentaban alteraciones sospechosas. Los resultados del ADN confirmaron lo impensable: los niños habían sido intercambiados en el hospital. Durante un proceso judicial que duró más de un año, se determinó que Soledad era hija de Griselda Camacho y Ángel Gabriel era hijo de María de los Ángeles.
A pesar de la confirmación de que los niños habían vivido durante más de un año con los padres equivocados, ambas familias se encontraron con un dilema moral y emocional. La relación afectiva que habían desarrollado con los niños era tan fuerte que ninguno de los padres biológicos quiso entregar a los niños a sus verdaderos progenitores. Las dos parejas pidieron apoyo psicológico, pero el proceso de revinculación fracasó debido a dificultades logísticas y a la resistencia emocional de todos los involucrados.
Finalmente, las dos familias presentaron demandas civiles al Estado por los daños y perjuicios causados por la negligencia en el hospital, solicitando una compensación económica. Aunque se reconoció la negligencia, el monto de la indemnización otorgado por el gobierno provincial fue apenas el 10% de lo reclamado.
A 25 años de este caso inédito en el país, las dos familias continúan criando a los niños intercambiados.