En un mundo donde los índices de natalidad disminuyen y los estilos de vida evolucionan, el concepto de abuelazgo está cambiando drásticamente. La decisión de no tener hijos, cada vez más común en las nuevas generaciones, deja a muchos padres enfrentando un sentimiento de vacío y replanteándose su rol en esta etapa de la vida.
Romina, quien soñaba desde niña con ser madre, tomó una decisión que impactó a su madre Laura. “Me dijo que había decidido no tener hijos y se me estrujó el corazón. Soñaba con malcriar nietos, pero entendí que es una elección que cambia la vida y decidí acompañarla”, expresó Laura, reflejando un cambio de paradigma en las relaciones familiares.
El sociólogo Carlos De Angelis señala que este fenómeno es más frecuente en sectores medios y altos de las grandes ciudades, donde las personas priorizan experiencias individuales y consideran que trascender a través del apellido ya no es esencial. “La sociedad actual es más individualista y está marcada por el consumismo y el concepto de lo efímero, lo que debilita los compromisos a largo plazo como la paternidad”, explicó.
Por su parte, Diego Bernardini, doctor en Medicina, destacó que muchos abuelos de hoy no crecieron imaginando un futuro sin nietos. “Después de los 60, las personas buscan transmitir su experiencia y sabiduría, y suelen pensar en sus nietos como los receptores ideales. La falta de este vínculo puede generar un vacío emocional en algunos”, afirmó.
A pesar de esto, los abuelos también están redefiniendo su rol. Algunos prefieren limitar su involucramiento en la vida de sus nietos o incluso priorizar actividades personales. Este cambio también se refleja en un mayor interés por tener mascotas en lugar de bebés, una tendencia que responde a la necesidad de afecto pero con compromisos más breves y manejables.
Los expertos coinciden en que estos cambios responden a una sociedad que valora cada vez más la autonomía, la calidad de vida y la elección consciente, incluso si esto implica dejar atrás tradiciones como el abuelazgo clásico.