El asiento 11A: entre la anécdota y las prácticas actuales de las aerolíneas

17 de junio 2025, 17:25hs

El asiento 11A se convirtió en el centro de un sorprendente misterio aeronáutico, impulsado por dos accidentes aéreos graves. En un reciente accidente, la única persona que se salvó estaba sentada en el asiento 11A. Un incidente similar ocurrió el 11 de diciembre de 1998, cuando un sobreviviente del vuelo 211 de Tai Edwards (o 261, según otra fuente) también ocupaba el asiento 11A. Este patrón inusual generó una fuerte demanda por este asiento, sembrando la duda sobre si es un lugar de suerte o existe alguna explicación.

Desde estos eventos, la reserva del asiento 11A a través de web check-in está al tope de pedidos. Las aerolíneas, buscando nuevas formas de recuperar ingresos, comenzaron a cobrar un recargo significativo por la elección de este asiento, equiparando su precio al de un upgrade a clase ejecutiva. Incluso, algunas empresas cobran la elección del asiento en general, a diferencia de antes, y el 11A puede llegar a costar hasta 300 dólares o más.

Carlos Rinzelli, piloto y analista aeronáutico, desestima el "misterio" del 11A, enfatizando que la supervivencia del pasajero es una cuestión de destino, no de la ubicación del asiento. Técnicamente, el asiento 11A no tiene una ventanilla convencional, sino que está junto a la salida de emergencia, ofreciendo más espacio para las piernas, aunque sus apoyabrazos a menudo son fijos. Rincelí menciona que el avión del último accidente explotó y se quemó de derecha a izquierda, y el sobreviviente estaba en el extremo izquierdo, aunque aclara que esto es un "comentario de café" sin explicación técnica sólida.

En términos de seguridad general, Rinzelli asegura que la aviación es el sistema de transporte más seguro. La única defensa real de los pasajeros es permanecer sentado con el cinturón de seguridad abrochado correctamente, independientemente de si la luz está encendida o apagada. No hay un lugar "más seguro" en el avión; si el avión se mueve, se mueve todo, y es crucial acompañar el movimiento con el cuerpo para mantener el equilibrio.

Finalmente, el analista critica la práctica de las aerolíneas de comercializar y cobrar más caro por los asientos de salida de emergencia (como el 11A) a cualquier persona, a pesar de que deberían asignarse a individuos con movilidad, que hablen el idioma local y sin incapacidades para evacuar. También señala la problemática costumbre de los pasajeros de desabrocharse y levantarse antes de que los motores se detengan, una práctica que en algunos lugares como Turquía ya es multada, reflejando la tendencia de la industria a buscar ingresos adicionales.

 

Fuente: Mitre Resistencia 90.7

MÁS LEÍDAS

Te puede interesar