La administración de Donald Trump anunció la imposición de un arancel adicional del 40% sobre productos brasileños, elevando la tarifa total al 50%, a partir del 1 de agosto. Esta medida busca "enfrentar las recientes políticas" del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, particularmente el procesamiento "por motivos políticos" del expresidente Jair Bolsonaro, lo que la Casa Blanca considera una amenaza a su seguridad, política exterior y economía. Dada la relevancia de Brasil como socio comercial y estratégico para Argentina, esta disputa podría tener importantes repercusiones a nivel local.
El impacto de este conflicto se vislumbra como "claramente negativo" para Argentina, principalmente porque Brasil es su mayor socio comercial, absorbiendo alrededor de un quinto de las exportaciones totales argentinas, de las cuales tres cuartas partes son manufacturas industriales o de origen agropecuario. Además, la tensión comercial podría desencadenar una depreciación del Real y un menor crecimiento del país vecino, lo que agravaría la baja competitividad de Argentina y debilitaría su "frágil frente externo" con un creciente déficit de cuenta corriente y reservas menguadas, añadiendo presión al alza del dólar local.
No obstante, surgen algunas oportunidades limitadas para Argentina. El efecto directo sobre las exportaciones locales se espera que sea menor de lo anticipado debido a una considerable lista de productos brasileños exceptuados, como petróleo, mineral de hierro, aeronaves y jugo de naranja. Sin embargo, productos como el café y la carne vacuna sí están afectados. La potencial ausencia de Brasil en el mercado de EE. UU. abre una "gran oportunidad" para Argentina en la colocación de carne vacuna, que hasta ahora representaba el 26% de la demanda total estadounidense. Otros productos argentinos con potencial de ingreso a EE. UU. incluyen azúcar, tabaco y miel.
Sin embargo, esta situación también presenta riesgos significativos en terceros mercados. La oferta brasileña, especialmente la carne vacuna que hasta ahora se dirigía a EE. UU., podría ser redireccionada hacia Europa, China y América Latina. Esto generaría "presión sobre los precios y mayor competencia" para los exportadores argentinos en estos destinos. Por ejemplo, China, ya un mercado clave para la carne, podría ver una mayor afluencia de carne brasileña, afectando la participación argentina.
En resumen, la medida contra Brasil podría "beneficiar a la Argentina en EE. UU., pero complicarla en el resto del mundo". Aunque el impacto general podría ser acotado, dada la relevancia estratégica de Brasil para Argentina, se sugiere que el país debería "tender puentes entre ambas naciones para mitigar la medida y mejorar la relación geopolítica de la región".
