En la recta final del juicio por el doble crimen de Antonella Altamirano y Evaristo Saux en Quitilipi, el acusado Francisco Escalante rompió el silencio, negando haberlos matado. Esta declaración se dio en la penúltima jornada del proceso judicial, donde Escalante también cuestionó la investigación y pidió poder volver a ver a sus hijos. El juicio es presidido por el juez técnico Dr. Mauricio Rouvier.
Durante la jornada, se presentaron importantes testimonios. Una médica forense declaró haber encontrado material genético de Evaristo, de Antonella y del propio Escalante en las uñas de Antonella, con un "99,9% de confianza". Además, otro profesional constató marcas (arañazos) en el cuello y manos del imputado el día que fue examinado. También brindó un "desgarrador testimonio" la madre de Antonella, Rosana Altamirano, quien apuntó directamente a Francisco Escalante como autor responsable de la muerte de su hija.
Pese a las pruebas presentadas, Escalante se declaró inocente. Se mostró compungido al borde del llanto y afirmó que su vida había sido "destrozada", sintiendo que lo "pusieron como monstruo". También criticó a la Fiscal por no haber permitido pasar la Cámara Gesell de su hijo y sostuvo que, si se preguntara en Quitilipi por su nombre, muchas personas podrían dar testimonio de su accionar.
El imputado insistió en su inocencia, reclamando que había personas que tenían que ser investigadas y no lo fueron, sugiriendo que "fueron por lo más fácil". Finalmente, al persistir en su declaración de no culpabilidad, pidió poder volver con sus hijos y concluyó: "Quiero que descanse en paz la madre de mis hijos".
Este viernes, a partir de las 8:00, se realizarán los alegatos de cierre por parte del Ministerio Público Fiscal, los querellantes de ambas víctimas y la defensa. Será entonces que el Jurado Popular, que cuenta con 15 integrantes, deberá analizar todas las pruebas presentadas en el juicio para decidir sobre la culpabilidad o no culpabilidad del único detenido.