Cada 26 de marzo se conmemora el Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, una jornada destinada a sensibilizar sobre la importancia del diagnóstico temprano y las medidas de prevención para disminuir la mortalidad causada por esta enfermedad. Detectado a tiempo, el cáncer de cuello uterino puede ser tratado con éxito, lo que resalta la necesidad de controles médicos regulares.
El virus del papiloma humano (VPH) es el principal factor de riesgo, aunque también influyen otros elementos como el inicio temprano de la actividad sexual, el tabaquismo, los malos hábitos alimenticios y enfermedades como la diabetes. Muchas mujeres no presentan síntomas en las primeras etapas, lo que hace fundamental realizar estudios preventivos como el Papanicolaou y el test de VPH, además de la vacunación contra este virus.
En los últimos años, la ciencia ha avanzado en tratamientos más efectivos y menos invasivos. La biopsia de ganglio linfático centinela permite detectar la propagación del cáncer con mayor precisión, mientras que la inmunoterapia refuerza el sistema inmunológico para combatir las células tumorales. Además, la terapia dirigida con fármacos como bevacizumab, nintedanib y cediranib ha demostrado reducir tumores y frenar su crecimiento.
La prevención sigue siendo clave en la lucha contra esta enfermedad. Con medidas como la vacunación, controles ginecológicos regulares y hábitos saludables, es posible reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino y mejorar la calidad de vida de millones de mujeres en todo el mundo.
