Cada 7 de marzo, el mundo entero celebra el Día Mundial de los Cereales, una ocasión para destacar la importancia fundamental de estos granos en la alimentación humana, animal y en la fabricación industrial de una amplia gama de productos. Los cereales, desde tiempos antiguos hasta la actualidad, han sido una parte integral de la dieta de muchas personas, proporcionando una valiosa fuente de energía y nutrientes esenciales.
Los cereales, que son granos provenientes de las plantas de la familia de las poáceas, son reconocidos por su alto contenido de vitaminas, minerales e hidratos de carbono. La palabra "cereal" tiene sus raíces en el latín Ceres, el nombre de la Diosa de la Agricultura, y se estima que han sido parte de la dieta humana desde hace unos 10 mil años, marcando el surgimiento de la agricultura durante la revolución neolítica.
Entre los cereales más conocidos se encuentran el trigo, la cebada, el arroz, el maíz, el centeno, la avena, el sorgo y el mijo, cada uno con sus propias características nutricionales y culinarias. Además, existen otras especies de plantas conocidas como "falsos cereales" o "pseudocereales", como la quinoa, el amaranto y el alforfón, que también se consumen ampliamente.
El consumo de cereales integrales sin refinar ha demostrado ser beneficioso para la prevención de enfermedades como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer colorrectal. Sin embargo, el exceso de consumo de cereales procesados tampoco es bueno porque puede contribuir a enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la obesidad.
Es importante destacar que algunos cereales, como el trigo, la avena, el centeno y la cebada, contienen gluten, lo que puede causar trastornos relacionados con el gluten, como la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca.
Además de su valor nutricional, los cereales también desempeñan un papel importante en la industria alimentaria, siendo utilizados en la fabricación de una variedad de productos, desde alimentos básicos como el pan y la pasta, hasta bebidas alcohólicas como la cerveza y la malta.