Cada 11 de febrero se celebra el Día Mundial de la Mujer Médica en honor a Elizabeth Blackwell, la primera mujer en recibir un título de medicina en Estados Unidos. Su valentía abrió las puertas a muchas generaciones de mujeres que hoy son pilares fundamentales en el campo de la salud.
Blackwell, nacida en Inglaterra en 1821, emigró a EE.UU. y, tras múltiples rechazos, logró ser aceptada en la Geneva Medical College. Enfrentó prejuicios y dificultades, pero su esfuerzo marcó un hito en la historia de la medicina, demostrando que las mujeres también podían ejercer esta profesión con excelencia.
En esta fecha, se recuerda también a otras mujeres que revolucionaron la medicina. Metrodora, en la antigua Grecia, escribió un tratado pionero sobre enfermedades femeninas. Gertrude Belle Elion desarrolló la primera droga contra la leucemia, obteniendo el Premio Nobel en 1988. Francoise Barré-Sinoussi identificó el VIH como causante del SIDA, permitiendo enormes avances en su tratamiento.
El Día Mundial de la Mujer Médica es una oportunidad para reconocer la labor de todas las profesionales de la salud, cuyo trabajo ha cambiado y sigue cambiando la historia de la humanidad.