Este 9 de mayo se conmemora el Día Internacional de las Aves Migratorias, una fecha clave para reflexionar sobre la importancia de proteger a estas especies y los ecosistemas que atraviesan durante sus largos viajes. En diálogo con Radio Facundo Quiroga, el biólogo Leandro Bareiro explicó que “la región chaqueña tiene una riqueza increíble: de las mil especies de aves que hay en Argentina, unas 450 se pueden encontrar en el Chaco”.
Bareiro detalló que muchas de estas aves migran de manera estacional, recorriendo miles de kilómetros entre sus zonas de nidificación y alimentación. “Las golondrinas, por ejemplo, ahora ya se fueron para el norte; muchas llegan hasta México. Viven un verano eterno, nunca conocen el invierno”, comentó. Además, explicó que hay especies que utilizan escalas precisas en su viaje, como las aves playeras, que deben detenerse en humedales, esteros o lagunas para reponer energías antes de continuar.
La conservación de esos sitios de escala es crucial. “Si les quitamos esos lugares, rompemos los puentes de su migración. Muchas veces vuelan días sin parar y si no encuentran un humedal donde alimentarse, mueren en el camino”, advirtió. En este sentido, resaltó que la región del Chaco es fundamental como punto de tránsito, especialmente en septiembre, cuando miles de aves playeras cruzan en dirección a Tierra del Fuego.
El biólogo también recordó el caso emblemático del ave anillada B56, apodada “el ave de la luna”, que recorrió medio millón de kilómetros en 20 años, viajando entre Tierra del Fuego y Canadá. “Fue monitoreada durante dos décadas y demostró lo extraordinarias que son estas migraciones”, señaló. Además, mencionó especies residentes como las calandrias, que son fáciles de observar en la ciudad por sus cantos imitadores.
Finalmente, Bareiro alertó sobre especies en peligro, como el moitú, una gallinácea de gran tamaño amenazada por la caza, o el yetapá de collar, un pequeño pájaro con una cola desproporcionadamente grande que depende de pastizales bien conservados. “Hay aves que solo existen en Chaco, Formosa, Corrientes, Paraguay y Brasil. Cuidarlas es cuidar un patrimonio único del planeta”, concluyó.
